Fernando Álvarez de Sotomayor, gallego de origen, nació en El Ferrol en 1875. Después de varios intentos por comenzar diferentes carreras, finalmente dedicó su vida a la pintura. Se trasladó a Madrid y asistió al taller de Manuel Domínguez, antiguo discípulo de Federico de Madrazo, considerado uno de los mejores fresquistas de la capital. Con el propósito de alcanzar la fama comenzó a presentarse a diferentes exposiciones de arte de ámbito nacional. Aprobó las oposiciones a Roma consiguiendo así una pensión para Pintura de Historia. Durante sus cuatro años de estancia en esa ciudad, estableció una estrecha amistad con Manuel Benedito y Eduardo Chicharro. En 1929, a su vuelta a España, participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde se le otorgó la medalla de segunda clase, quedando a la altura de pintores como Julio Romero de Torres o Aureliano de Beruete. De vuelta a España, fue nombrado pintor oficial de la Corte por su renombre y prestigio. El Rey Alfonso XIII y las familias aristocráticas más conocidas posarían para sus retratos, convirtiéndolo en uno de los retratistas de moda. En 1919 fue nombrado subdirector del Museo del Prado. A esta época pertenecen varios retratos encargados por los duques de Medinaceli y los duques de Lerma. Son consideradas dos pinturas destacadas dentro de su colección los retratos de las dos hijas de los XVII Duques de Medinaceli.