El de Ampurias fue uno de los primeros condados surgidos dentro de la marca hispánica
. Sus limites vinieron marcados por una frontera histórica al Oeste, la antigua Vía Augusta romana, y tres fronteras naturales: el mar mediterráneo al Este; la Sierra de la Albera al Norte (desde 1659 frontera de España con Francia) y la de las Gabarras al Sur.
A la muerte, en 768, de Pipino el breve, el reino franco había logrado devolver a los Pirineos su antigua condición de frontera entre la Hispania y la Galia romanas. La primera expansión de la frontera carolingia hacia el sur de esta cordillera es una consecuencia de la fracasada expedición de 778 con la que Carlomagno, aprovechando las luchas intestinas en la Hispania musulmana y la complicidad de la población local goda, pretendió llevar la frontera hasta el Ebro, aventura que terminó en el célebre desastre de Roncesvalles
. El temor a las represalias de la autoridad califal provocó la emigración desde Hispania hacia el reino franco de los elementos que más se habían comprometido con dicha expedición. Son los hispani de las cronicas, individuos establecidos en Septimania
que debieron hacer de puente entre la corte carolingia y las autoridades indigenas al Sur de los Pirineos a quienes pudieron informar de las favorables condiciones en que habían capitulado algunas ciudades de la Galia meridional ante el poder franco
. Confiada en la protección real, la ciudad de Gerona se entregó por voluntad e iniciativa propia a los francos en 785
. Con Gerona caía todo el territorio situado al Norte de la misma que en seguida debió organizarse en condados. En opinión de Abadal es esta forma de incorporación al reino de los francos lo que explica que el gobierno de los
condados se deje en manos de magnates indígenas de origen godo, caso del primer conde de Ampurias,
Ermengario, y que se respetara la estructura jurídico-institucional
vigente.
Josep Maria Salrach considera que los condados de la
Cataluña Vieja debieron ser distritos visigodos que o bien fueron restablecidos
tras la incorporación de estos territorios al reino franco o bien habían subsistido, bajo
autoridad inmediata goda, durante el paréntesis de dominio musulman. Teniendo en cuenta el
vecino ejemplo de Septimania, que tuvo condes godos sometidos a la autoridad califal, este autor considera más probable lo segundo que lo primero
. Estas consideraciones, junto con la importancia estratégica que tenía la fachada marítima ampuritana, invitan a pensar que, aunque la primera noticia documental de la existencia del condado de Ampurias es de 812
, su antiguedad es mayor. El mismo Ermenguer citado como conde de Ampurias en el documento de 812,
aparece mencionado como conde en 801 acompañando a Luis el
Piadoso en la conquista de Barcelona y, aunque en dicho documento no se menciona cual era el
condado que gobernaba, es muy probable que fuera ya el de Ampurias
.
Durante la primera mitad del siglo IX, Ampurias, como el resto de condados de Gotia, fue escenario de las luchas por el poder primero entre los hijos del conquistador de Barcelona, Guillermo de Gellone (San Guilhem) y después de estos con la descendencia de Bello de Carcasona. Así el sucesor de primer conde Ermengario del que nada sabemos más que su nombre, fue Gaucelmo, hijo de Guillermo y de la franca Witburge, quien ya era conde de Rosellón. Desde entonces, exceptuando el paréntesis de Sunyer I ambos condados estuvieron unidos. Gaucelmo y su hermano Bernardo, fueron los responsables de la caida en desgracia de su hermanastro Bera, I conde de Barcelona, primogénito de Guillermo nacido de su primer matrimonio con la goda Cunegunda y después de sofocar la revuelta "goticista" de Aysun, hijo de Sulayman, último valí d Barcelona apoyado por Guillemund, primogénito de Bera
, en 827, alcanzaron el cénit de su poder recibiendo el grueso de los condados de la futura Cataluña y de Septimania
.[Continuación pediente de redacción]
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